Las tardecitas en el sol me tienen preso,
vamos arrinconando inviernos,
qué cosas has hecho,
todos los espejos devuelven ecos
y ahora a dónde vamos,
donde curan sueños
"De un hombre que cabecea, entonces, ¿qué se puede esperar? Nada como no sea una hilera de fragmentos, espesos, en brutos. Que el mundo resplandezca en ellos, si uno de los modos del mundos es el resplandor" (Juan José Saer, "Carta a la vidente").
2 comentarios:
volví !
saludos amigo
Mientras tanto me busco en el reflejo de las ventanillas del tren que pasa y no me encuentro.
Lo bueno supongo, es que la noche ya no puede doler más.
Solo queda esperar al alba
con la esperanza de arrinconar atardeceres justo ahí, en ese instante donde uno sabe que el sol vendra, y simplemente se dispone a esperarlo feliz.
Saludos, Juan!
La chica del andén
Arrinconando domingos...
:)
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