
Un día le conté cómo estaba; me respondió con té de hierbas y esos poemas que vienen en los chocolates tristes, o fue con poemas sobre hierbas, tristes tés y chocolates derretidos; no recuerdo bien.
"De un hombre que cabecea, entonces, ¿qué se puede esperar? Nada como no sea una hilera de fragmentos, espesos, en brutos. Que el mundo resplandezca en ellos, si uno de los modos del mundos es el resplandor" (Juan José Saer, "Carta a la vidente").
1 comentario:
Muy interesante. Me gustó "con té de hierbas". Pasaré más seguido a leer y comentar. Saludos.
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