otro poema humano


Y fue en el momento en que dejó de contemplarla que confundió
a los relojes con el tiempo,
a las margaritas con aquellas chicas que salían a recibir el rocio por las mañanas,
a los sabios con los solitarios,
a las lunas suburbanas con los farolitos tristes de Defensa.

Y fue entonces, en su confusión, no pudo más que ir a pasar el tiempo a los arroyos de la infancia, reencontrarse con amigos queridos, emborracharse de vida, amarla en rincones lejanos.

4 comentarios:

despojada dijo...

aurático
cariños

Unknown dijo...

Eso es, sí señor, lo que más me gusta de tus versos es que son profundamente humanos y me conmueven, porque los hago míos. Gracias...

tres deseos dijo...

(...)emborracharse de vida, amarla en rincones lejanos.

Me gusto mucho, me dare otra vuelta.
Saludos.

Anónimo dijo...

está todo muy teñido de gris, la vida tiene también colores maravillosos,ojalá puedas verlos también algún día y escribir sobre eso.