amigos en el fondo de la calle


La amistad es una disparidad en sí misma; cansada y radiante, JF está sentada con una copa verde en la mano y la mirada perdida en un punto incierto mientras me cuenta sus historias de amor, sus sentires apasionados (no se lo digo, estas cosas no hay que decirlas, pero es una maravillosa loca de amor); en cambio, LP por momentos parece estar despegado de la vida -"soy El extranjero como vos decís", me dice-, pero descubro con el tiempo alguna de sus pasiones; el error consiste en que uno lo ve ahí sentado leyendo sereno en medio del mate, revistas, diarios y libros que se apilan aquí y allá, el desorden es tal que llego a creer que tiene una razón y hasta una justificación, y ver que en ese gesto sereno no hay pasión uno se equivoca; la existencia no admite pausas y estos dos grandes amigos son también dos grandes apasionados, tienen su estilo, su forma de moverse, su temple, su pliege y su despliege, son buenos (excelentes en realidad) en lo suyo y cada uno a su manera deja su huella en mi cada día.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Benditos amigos... Cada vez me gusta más este blog tuyo. Enhorabuena, compañero.
Besos

Anónimo dijo...

es increible como lo conoces...hermoso como lo conoces. saludos.