
Esta noche, no lejos de aquí, se oirá un rumor, ruidos apagados; serán los amantes, serán los amantes que se confunden en las sombras que los árboles despliegan a las horas de la nada.
Ellos serán murmullos, agites, el amor como presente absoluto.
"De un hombre que cabecea, entonces, ¿qué se puede esperar? Nada como no sea una hilera de fragmentos, espesos, en brutos. Que el mundo resplandezca en ellos, si uno de los modos del mundos es el resplandor" (Juan José Saer, "Carta a la vidente").
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