otoño


Las hojas caen, amarillentas, en cualquier ciudad. Es tiempo de cambios; de comenzar una nueva temporada. Amanece demasiado tarde mientras los hombres desconocidos viajan a destinos no elegidos. En todos los lugares los espera el amor y la muerte; el destino y el azar se disputan todas las esquinas, los poetas y los hombres de traje desfallecen aquí y allá de alegría o de tristeza. Nadie está a salvo, es otoño y la ciudad se tiñe de ocre.

2 comentarios:

RafaB dijo...

amanece demasiado tarde pero, ¿amanece al fin?
abrazo grande

Caro dijo...

Claro que sí... amanece.
Que no es poco. Un beso.