Simone


Para J.F. en la alegría y en la tristeza

Siempre había dicho que quería ser una escritora. Era la forma adecuada de dar testimonio del mundo, que es uno con nosotros. “La literatura tomó en mi existencia el lugar que había ocupado la religión; ella lo invadió todo y lo transfiguró” dijo alguna vez Simone de Beauvoir.

Simone construyó con Sartre una pareja abierta, con un vínculo inquebrantable, cuyas “reglas” se resumían en: viajes, poligamia y transparencia total. “La felicidad nunca cae del cielo”, es el hombre y la mujer quienes la construyen en el desgarro que implica vivir.

Siempre atenta, sincera, insoslayable, fue durante décadas el símbolo (pero también materialidad) de la lucha de la libertad de la mujer; sobre todo con la escritura de El segundo sexo (1949), “ese faro que Simone encendiera para guiar a las mujeres” hacia la liberté.

1 comentario:

Paz Tyche dijo...

¡Qué grande el castor!