pequeñeces

El viento es libre en las costas del mundo. El hombre camina por allí para sentirse pequeño. Hay olas rompiendo, vegetación escasa, muros de arena, faros encendidos en noches sin luna. Las pisadas no paran de borrarse. El mar suele ser incansable como el olvido. Los amantes llegan juntos a estas orillas para perderse en la noche bajo las estrellas, y por momentos existe el infinito para ellos.

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