La escritura sólo remienda de a ratos.
A la hora del ocaso todo es tenue y se tiñe de cierta lasitud. Recuerdo algunos imprecisos en el pueblo.
Había cierta grandeza en el cielo anochecido. Yo voy caminando solo, expectante de la vida, con la mirada inquieta y el corazón abierto, que es mi manera de andar.
2 comentarios:
wow, escribes simple pero potente me gusta!
esta muy bueno!
"La escritura sólo remienda de a ratos"
sí, sí y sí
ay...
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