otra mujer de este mundo


Si hubiesen visto la manera que tenía de besar por las noches. Se dejaba abrazar en las reconciliaciones e interpretaba canciones que desconocía.

Aprendió a llorar una tarde en una plaza de las afueras. Un muchacho que había querido la abandonaba sin mucho pesar.

La última vez la creí ver en un bar del centro. Leía poesía, fumaba cigarrillos rubios y disimulaba las lágrimas entre los bostezos de la media mañana.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

We should have a great day today.

ella tambien dijo...

hopper te sienta muy bien

lindos retratos

un saludo