Marlowe



El Sr. Marlowe llegó temprano aquel día al bar del fondo de la calle. Era esa rubia de nuevo, según dijo. Tomó un whisky con soda y leyó el diario del día. Después se fue a sentar contra una de las ventanas y allí pasó largo rato fumando y tomando una copa de vino. Creo que leía un pequeño libro de poesía, quizás era de Pessoa o de Vallejo.

Salió del bar cerca de la medianoche, cuando las calles estaban humedecidas, las alcantarillas respiraban vapor y los hombres de la calle intentaban conciliar el sueño.

1 comentario:

El Cochinillo exquisito. dijo...

Envidiable receta la suya como para soportar los diarios de estos tiempos.
Quien pudiera...